viernes, 5 de febrero de 2010

La princesa Luna


Erase una vez, una de tantas veces, que por ser fuera y no fuese la historia de una princesa que ni atrever se atrevieran ni decir dijeran los numerosos cotillas del reinado, no contaron la historia, sino que la predicaron.

Vivia en el reinado de Larces una princesa con una sonrisa tan bonita como indibujable, la princesa de pequeña soñaba con llegar a la luna y todos los dias desde la torre del castillo divisaba las estrellas alzando las manos para poder tocarlas.

Un dia, mientras andaba por el jardin del castillo se tropezo con una caja de hojalata de color azul, cuando empezo a maldecirla por el golpe que se habia dado la caja magicamente se abrio y en su inerior aparecieron cuatro galletas como las que hacian los cocineros.

Enfadadisima, porque se habia rasgado su vestido de seda en el accidente cogio la caja de un golpe, levanto la cabeza y se dirigio a la cocina para buscar al culpable de tal accidente.

Por el camino olio la caja , la abrio, miro las galletas y le entraron unas ganas enormes de comerse unas, penso que si se comia una no lo notaria nadie asi que le dio un mordisco con ansia, despúes otro, y otro hasta hacer desaparecer la galleta en su estomago.

De repente la princesa se desmayo un sirviente la encontro en los pasillos de palacio sumida en un dulce sueño del que nadie podia despertarla.

Fueron principes a besarla, plebeyos, magos para romper los conjuros, bellas durmientes para aconsejar a los reyes y mientras tanto ella soñaba con la luna, volaba por entre las estrellas, se colgaba de las nubes y al amanecer cuando salia el sol se escondia detrás de una estrella..

Una noche cuando en el ciel se hizo un eclipse lunar y despues de seis años durmiendo, la princesa desperto, feliz.

Sorprendidos, sus padres organizaron una gran fiesta, la princesa les narro sus hazañas por el cielo y desde entonces la llamaron la Princesa de la Luna.

Moraleja: No hay que soñar cien años para alcanzar la luna, ni dormir veinte para cojer las estrellas con las manos, solo hay que proponerse lo que uno quiere ser, y luchar por ello, aunque de vez en cuandos son muy bellos los sueños

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