sábado, 23 de enero de 2010

la princesa egoista

Erase una vez, una de tantas veces que por ser fuese, existia en un castillo, una princesa que siempre vestia con lo mejorcillo del reino.
Se gano un sobre nombre, la princesa Egosita.

La princesa Egoista tenia doce caballos, un mago, tres armarios de trajes nuevos y dos de trajes usados, un monton de coronas, cuatro cabras y ciento cincuenta esencias de la india importadas.

Jamas compartia nada, nisiquiera lo que no usaba.

Un dia la princesa salio del reino a cojer flores para entregarselas al perfumero, en el camino cayo por un pequeño aujero que habia en el suelo, y se hundio, se hundio hasta que aparecio en un mundo distinto.

Alli hacia frio, la nieve cubria todo, echo a andar sorprendida y enojada por no haber cojido ninguno de sus cincuenta abrigos.

Caminaba despacio hasta que, se tropezo con un duendecillo pequeño y verde que le robo los zapatos sin mediar palabra y echo a correr, llorando la princesa de rabia sigio andando mientras sus pies se congelaban.

Cuando llego a una casita minuscula echa de piedra unos castores amables le abrieron la puerta
le dieron un cafe unos zapatos y una pequeña manta a cuadros.

La princesa dijo que ahora necesitaba volver a su casa, pero el castor no sabia llegar a el reino de Lanter asi que la acompaño por el pais de las nieves hasta el mago de la colina blanca.

En su camino tuvo que ayudar a un ciervo que se habia quedado atrapado y se rompio el vestido,
siguieron andando y en un lago un oso dormido era atacado por un leon feroz, lanzo unas piedras y el leon corrio y corrio...

El oso le regalo una manzana, mientras andaba recordaba su casa todo aquello que tenia tantas cosas que compro y ahora no queria.

En la esquina de la colina, un flautista delgado que tocaba melodias con miles de ratones al lado.

LLegaron a el castillo blanco que resurgia entre la nieve como un monton de estalactitas en una cueva.

La puerta se abrio chirriando y un leon salio a recibirlos rujiendo, la princesa se asuto," Eres la princesa egoista" dijo el leon mientras los dirijia a el trono del rey.

¿Que quieres? dijo una voz que retumbaba de entre las escaleras de hielo, un ser chiquitito que arrastaba su barba por el suelo la miro con curiosidad.

Quisiera volver a mi casa y no se como hacerlo, dijo la princesa angustiada.

"Solo volveras a tu casa cuando comprendas".

Desaparecio el trono, el leon rugio a su alrededor y marcharon despacio, la princesa lloraba y el castor la consolaba.

Aquellos dias se sucedieron despacio , la princesa lavaba, planchaba, doblaba, ayudaba a los animales del bosque, recogia frutos y agua....

Un buen dia, mientras andaba, cayo por un aujero, volviendo casi si querer al reino.

Sentada en el final de la cueva, vio su reino, la majestuosidad de su castillo, las banderas ondeando en el cielo.

Y comprendio, que jamas volveria a ser egoista.

Aquella tarde la princesa, regalo sus armarios a las muchachas pobres, trabajo duramente en el campo para cultivar la verdura para las cocinas, su padre se sorprendio del cambio.

Entonces entendio que se puede ser feliz solo con el simple echo de querer serlo.

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